Ansiedad y estilo de vida

Como dijimos en otros artículos, la ansiedad es una emoción natural y que resulta necesaria para nuestra supervivencia, es decir, hablamos entonces de ansiedad adaptativa. Sin embargo, la ansiedad y la preocupación excesiva y habitual suponen un problema del estado del ánimo que acaban siendo difíciles de controlar y gestionar, interfiriendo en el día a día de la persona.

Existen personas que, por su carácter y temperamento, suelen estar siempre en alerta y han hecho de ello su estilo de vida y una forma de ser. Precisamente esta es la característica principal de la ansiedad generalizada: La persona experimenta de forma permanente y habitual en el tiempo una actitud y un comportamiento de tipo ansioso, con pensamiento de anticipación y negativo, sin que existan causas aparentes que lo motiven.

La aparición de la ansiedad generalizada puede darte tanto en la infancia como en edad adulta. No obstante, el trastorno de ansiedad generalizada es el fruto de una interacción compleja de factores biológicos y ambientales o psicológicos.

La ansiedad generalizada es un reto y un desafío constante para la persona que la padece. La persona acaba acostumbrándose inconscientemente a ese estilo de vida vigilante, de estar constantemente en alerta, con ideas de rumiación y pensamiento circular negativo que acaban cambiándole el humor y el estado de ánimo.

Suele ser muy habitual que el trastorno de ansiedad generalizada debute con otros trastornos o problemas psicológicos como ataques de angustia, depresión, agorafobia, fobias…entre otros. Por ello, resulta un trastorno complejo y muy amplio de abordaje y tratamiento.

Síntomas de la ansiedad generalizada

Existen un conjunto de síntomas psicológicos y signos físicos que acompañan a la ansiedad generalizada.

Principales síntomas de la ansiedad generalizada:

  • Estar en alerta para encontrar todas las soluciones posibles a los peores problemas posibles.
  • Percepción desproporcionada de los acontecimientos o situaciones.
  • Preocupación o ansiedad persistentes por determinados asuntos que son desproporcionados.
  • Rumiación constante.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Pobre manejo de situaciones de cambio o de conflicto.
  • Incapacidad para tomar decisiones.
  • Pensamiento obsesivo.
  • Rigidez cognitiva.
  • Dificultades para relajarse.

Signos y síntomas físicos pueden ser los siguientes:

  • Irritabilidad.
  • Trastornos digestivos.
  • Erupciones cutáneas.
  • Trastornos del sueño.
  • Tensión muscular o dolores musculares.
  • Temblor y nerviosismo.
  • Taquicardias.
  • Sudoración.

Tratamiento de la ansiedad generalizada

Afortunadamente, existe el mejor tratamiento para la ansiedad generalizada. Nuestro servicio de psicólogos en Granollers ofrece las mejores soluciones para este amplio y complejo trastorno:

Tratamiento farmacológico: La pauta farmacológica se suele administrar como complemento a la terapia psicológica puesto que favorece a reducir los síntomas físicos y psíquicos de la ansiedad. En este sentido, generalmente, se inicia un tratamiento con antidepresivos porqué se ha conseguido demostrar científicamente que estos actúan en las zonas cerebrales donde se encuentra comprometida la recaptación de serotonina y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina. No obstante, suele combinarse también con ansiolíticos, como las benzodiacepinas, para conseguir un efecto más inmediato. El inconveniente de este tipo de fármacos ansiolíticos es que suelen desarrollar cierta dependencia después de un periodo de consumo prolongado.

Terapia cognitivo-conductual: Por lo que respecta al tratamiento psicológico, la terapia cognitivo-conductual es la que ha demostrado ser más beneficiosa en el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada.

El objetivo de esta terapia es:

 

  • Reconocer el pensamiento negativo y distorsionado
  • Substituir el pensamiento negativo por otro más racional y positivo.
  • Modificar la conducta que retroalimenta la situación.

Otras técnicas y terapias: También pueden complementarse los tratamientos anteriores con técnicas de respiración y relajación, yoga, meditación y ejercicio físico.